Historia

 

Después de más de 15 años diseñando para marcas de fast fashion, con una gran experiencia y un profundo conocimiento de la industria, llegó un momento en el que mi visión sobre la moda dio un giro. Coincidiendo con el nacimiento de mi hija, me encontré cuestionando el ritmo frenético de producción, el exceso de ropa y el impacto ambiental que estaba presenciando. La moda, tal como la había vivido hasta entonces, ya no resonaba conmigo. Necesitaba hacer las cosas de otra manera, a una escala más humana y consciente, cuidando cada pequeño detalle, teniendo contacto directo en los talleres, donde cada prenda tuviera un propósito.
Así seguí, trabajando en empresas durante unos años más, mientras algo dentro de mí me decía que debía intentarlo de otra forma. Un día, sin saberlo, plantamos la semilla que daría vida a esta marca: mi hija y yo queríamos hacer un regalo especial a su papá, algo que uniera nuestra creatividad. Como a él le encanta la ropa y a ella le divierte dibujar, decidimos bordar un dibujo suyo en una sudadera. Y no era cualquier dibujo: queríamos captar el sentido del humor de nuestra familia con un toque especial, y así, de manera natural, creamos un personaje que representaba nuestras raíces. 
¡Una gallina! 

Ese regalo se convirtió en un símbolo y, tiempo después, decidí dar el salto. Con valentía y convicción, di comienzo a esta nueva aventura, una marca de ropa infantil que hoy refleja los valores que realmente me importan: creatividad, humor, sostenibilidad y conexión.
Así nació Gallina Terrestre, una marca que no teme reírse de sí misma y que sigue las tendencias sin perder su esencia. Aquí celebramos lo auténtico, lo divertido y lo que nos hace únicos, porque creemos que el estilo también es reírse de uno mismo y nunca olvidar de dónde venimos.